CERDOS TRUFEROS
---Ven tú, majete
Acompáñanos para buscar trufas.
Sí, voy.
Ya vamos.
Vienen, también, los perros con sus garrapatas
Acompañando a los cerdos truferos.
Ya van los cerdos husmeando la trufa
Los perros husmeando sus culos.
Encontrada una ¡qué alegría¡
Algún cerdo, si puede
Se come la mitad.
Caminando por carrascales
Quejigares y coscojares
La conversación es única
¡De libro de Biblioteca Pública¡
De entre las preguntas mías de rigor:
¿Dónde crecen las trufas?
¿Cómo se buscan?
¿Qué árbol da trufas?
¿Cómo se sabe dónde hay trufas?
¿Cómo cultivar trufas en casa?
¿Se puede encontrar trufas en el bosque?
Surge una charla general
Por el motivo tan chulo
Que mueve la política de la vida diaria:
“¡Ay que sí, que sí, Aborto Sí¡
¡Ay que no, que no, Aborto no¡
Preñada sí, pero casada no.
¡Ay que sí, que sí, Atea sí¡
¡Ay que no, que no, cristiana no¡”
Sobresaliendo la voz de una señora
Que al estar entre carrascas
Como una emperadora dice
Mientras de pie mea:
-¿Sabéis? A la corona de España
Se le ha caído una hoja
Con un escrito que dice:
“Las izquierdas cagan trufas
Las derechas cruces ganadas
Que lo dijo Isabel la Católica
Que era judía
De esas que se dan en los huertos
De Ibeas de Juarros
Que está en el Camino de Santiago
A un tiro de piedra
Del Yacimiento de Atapuerca.
Un señor llamado Canico de Vergas
Alzando la voz dijo:
-En Ibeas como en Atapuerca
Hay setas tan buenas
Como las de Canicosa de la Sierra.
Otro trufero muy gracioso
Un tal Páramo de Masa
Observando que la mujer
No se limpiaba después de orinar
Exclamó:
-¡Este paraje es milagroso¡
Aquí se dan setas que mean.
La señora que ornó de pie
Una tal Brieva de Juarros
Entre risas dijo:
-Benditas las trufas
Que han recibido mi bendición.
Mientras tanto
Los cerdos, que eran cinco
Hozaban con el hocico la tierra.
Los perros jugaban
A macho y hembra.
Daniel de Culla